lunes, 27 de abril de 2015

¿Por qué se festeja el 1 de mayo como día del trabajador?

La mayoría de trabajadores saben que el 1 de mayo es festivo y se celebra el Día del Trabajo, lo que quizás no es tan conocido es la sangrienta historia que se esconde detrás de esta fecha y la lucha de las personas gracias a las cuales se disfruta de un día libre.
   Para saber los orígenes del Día del Trabajador hay que remontarse al año 1886, a Estados Unidos. Por aquel entonces, los trabajadores habían iniciado una lucha para lograr una jornada laboral de 8 horas. La filosofía era: 8 horas para trabajar, 8 para dormir y 8 para la casa.
Hasta entonces, la única limitación que había en algunos Estados era la prohibición de no hacer trabajar a una persona más de 18 horas seguidas sin causa justificada. La multa por hacerlo era de 25 dólares.
   En este contexto, el sindicato con más fuerza en el momento decidió que a partir del 1 de mayo de 1886 la jornada laboral máxima sería de 8 horas y amenazó a la patronal con una gran huelga si no accedían a su petición.
   Muchos trabajadores consiguieron su objetivo con la amenaza de la huelga. Los que no lo lograron iniciaron la huelga el 1 de mayo. En Chicago, los enfrentamientos entre los trabajadores y la policía fueron particularmente sangrientos y duraron cuatro días.
   Tras tres días de huelga, el 4 de mayo se convocó una concentración en la plaza de Haymarket. Para ese momento, la tensión entre la policía y los trabajadores había alcanzado un punto álgido, tras los violentos choques de los días anteriores.
 Ese día, un artefacto explosivo estalló en la plaza de Haymarket, matando a un policía. Las autoridades responsabilizaron del crimen a los trabajadores y más de 30 personas fueron detenidas por sus ideas radicales. Inicialmente siete fueron condenados a muerte (los que se ven en la imagen), aunque finalmente tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.
   Tres de ellos eran periodistas, uno tipógrafo y otro carpintero. En honor a la lucha por la jornada de 8 horas y en recuerdo de estas cinco personas, conocidos como 'los mártires de Chicago', en 1889 se declaró el 1 de mayo el Día del Trabajador por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional.

¿SE CELEBRA EN TODO EL MUNDO?

   No. En Estados Unidos y en Canadá se celebra el Día del Trabajo el primer lunes de septiembre. Se decidió así para desvincular esta fecha del movimiento obrero por miedo a que el socialismo arraigara en Estados Unidos. Posteriormente, Canadá y otros países tomaron la misma medida.

sábado, 21 de marzo de 2015

EL IMPERIO RUSO

Información sobre sus inicios y sus diferentes zares:



Entre 1721 y 1917 el estado ruso se convirtió en un poderoso imperio con posesiones en Europa, Asia y el norte de América. El gobernante del este extenso territorio recibía el nombre de zar. El hecho histórico que marca el inicio del imperio es la conquista paulatina de territorios desde el Mar Báltico hasta el Oceáno Pacífico. Esta expansión comenzó bajo el reinado del zar Pedro I y el terminó el corto gobierno de Nicolás II, último de los zares, cuya caída detonaría el inicio de la Revolución bolchevique de octubre de 1917.
El zar Nicolás II y su familia
El extenso imperio ruso alcanzó casi 23 millones de kilómetros cuadrados y su población en 1897 rebasa los ciento veinticinco millones. Además de la Rusia actual, abarcaba la Bielorrusia, una porción del reino de Polonia, todo el Caúcaso, Finlandia, casi toda Asia central y la parte oriental de Turquía, así como Alaska, más allá del estrecho de Bering.
Instituido como una monarquía hereditaria, el imperio ruso estaba gobernado por un zar de la dinastía Romanov, que además era jefe de la religión oficial , el cristianismo ortodoxo. La sociedad rusa de ese tiempo estaba muy estratificada: se dividía en un clase aristócrata poseedora de la tierra, el clero, la clase comerciante, los cosacos y los campesinos. Había un último estrato que ocupaban los grupos étnicos de Siberia y los extranjeros.
La lista de zares que gobernaron consecutivamente el imperio es extensa: Pedro I, Catalina I, Pedro II, Ana, Iván VI, Isabel I, Pedro III, Catalina II, Pablo I, Alejandro I, Nicolás I, Alejandro III y Nicolás II.
La construcción del imperio se debe, sin duda alguna a Pedro I y Catalina II, ambos llamados “los grandes”. Pedro modernizó la antigua Rusia con leyes que disgustaron a la nobleza tradicionalista. Su formación militar en alemana lo “occidentalizó” y además le hizo considerar como tarea prioritaria de su gobierno tener un ejército sólido y disciplinado. Hizo campañas militares al sur del imperio para mantener seguras las fronteras con los tártaros y el Imperio otomano. Intentó alianzas con los países europeos más poderosos para emprender la guerra contra los turcos otomanos, pero no lo consiguió, en cambio emprendió una campaña contra Suecia apoderándose de algunos emplazamientos en Finlandia. También combatió contra Polonia.
Con Pedro, el imperio ruso va alcanzar su máxima expansión territorial. Sus reformas dejaron un imperio de sólida economía y finanzas sanas, fundó la academia rusa de las ciencias y procuró occidentalizar a su población. Decidió abandonar la vieja capital del imperio, San Petersburgo y fundó Petrogrado en 1703.
A su muerte ascendió al poder su esposa Catalina I, tomó el trono, a ella le sucedió, en 1727, su nieto Pedro II pero su temprana muerte hizo que fuera coronada Ana, hija del zar coadjutor de Pedro, Iván V. Los sucesores de Pedro II hicieron que Rusia tuviera más presencia en las decisiones europeas, logró aliarse con Austria contra el Imperio Otomano.
Catalina la grande llegó al trono en 1762 tras dar un golpe de estado contra su esposo, el impopular zar Pedro III , que se había ganado las antipatías de las clases poderosas al atacar a la iglesia ortodoxa rusa.
El imperio enfrentó guerras largas, como la Gran Guerra del Norte que con veintiún años de duración dejó sin recursos al estado. Con Catalina II se impulsó el comercio y la búsqueda de nuevas rutas que conectara a Rusia con China y la India, también se volvió a anexionar al imperio el territorio concedido a los tártaros tras la Guerra de Crimea, suprimió las autonomías financieras de sus estados y tomó el control total desde el centro del imperio. También creó reformas legislativas y enfrentó sublevaciones importantes como la de los cosacos del Don que impusieron un nuevo zar al que llamaron como su esposo, Pedro III. El levantamiento fue aplastado brutalmente. Catalina prosiguió con la occidentalización iniciada con Pedro I.
A su muerte, en 1796, subió al trono su hijo Pablo quien modificó las leyes de sucesión otorgándosele únicamente al primogenito varón o primer varón en la línea sucesoria, al que se le llamó zarévich. Murió asesinado en 1801.
Bajo el reinado del nuevo zar, Alejandro I , se firmó una alianza con Austria y Gran Bretaña para detener los afanes expansionista de Napoleón Bonaparte. El emperador francés derrotó a Rusia en la Batalla de Austerlitz en 1805 y en la de Friedland en 1807, pero las cosas cambiaron en 1812 cuando Napoleón invadió Rusia al mando de 600 000 soldados. No contó con la crudeza del invierno ruso y su falta de conocimiento del territorio hizo que fuera la campaña más desastrosa emprendida por Bonaparte: regresó a Francia con menos de treinta mil soldados.
Los siguientes zares llevaron a Rusia por el camino de las guerras y la caída económica. El último de ellos, Nicolás II no tuvo tiempo de instaurar reformas al, ya herido de muerte, imperio: en 1917 tras una larga cadena de levantamientos y sangrientas represiones, se tomó el palacio de Invierno. De manera secreta, los últimos Romanov de la familia reinante fueron asesinados y tras una larga guerra el antiguo imperio ruso paso a convertirse en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Grigori Yefímovich Rasputín

(Grígori Efímovich o Yefímovich Novikh Rasputín, conocido como El Monje Loco; Pokróvskoie, Rusia, 1872 - San Petersburgo, 1916) Monje, aventurero y cortesano ruso. De origen campesino y sin ninguna formación, Rasputín adquiririó pronto gran popularidad por su vida licenciosa y su fama de taumaturgo.
A los diecinueve años se casó con Proskovia Fiódorovna, de la que tuvo cuatro hijos, aunque tras un corto período de tiempo abandonó a su familia para viajar por Grecia y Jerusalén. Durante esta peregrinación Rasputín vivió de las donaciones de los campesinos que encontraba a su paso; se le consideraba un místico y se le atribuía el poder de curar enfermedades y predecir el futuro.
A su llegada a San Petersburgo, en 1903, Rasputín fue recibido como un hombre santo y en 1908 fue presentado a la esposa del Zar, Alejandra Fiódorovna, quien ya había oído hablar de sus supuestos poderes curativos. La zarina pensó que podría curar a su hijo Alexis Nikolaiévich, el heredero del trono ruso, que padecía hemofilia. Se especula con la posibilidad de que consiguiera aliviar su dolencia mediante hipnosis; en cualquier caso, la mejoría del heredero le granjeó la confianza de la zarina y también la de Nicolás II, fuertemente influido por la zarina.
Investido de un inmenso poder, Rasputín designó a muchos altos funcionarios del gobierno, aunque ninguno fue competente. A principios de la Primera Guerra Mundial, Rusia atravesaba un momento crítico. El zar Nicolás II asumió el mando del ejército y Rasputín se hizo con el control absoluto del gobierno. Su profunda influencia en la corte imperial escandalizaba a la opinión pública; además, su comportamiento le daba mala reputación y sus orgías eran bien conocidas por el pueblo, que lo designaba con el sobrenombre de El Monje Loco.
En 1916 Rasputín impuso a su candidato, Stürmer, como presidente del Consejo. Este hecho no fue bien visto por varias personas allegadas al zar, aunque Nicolás II no le retiró su confianza. Al fin, el terceto formado por el príncipe Yussopov, el gran duque Dimitri y el diputado de derechas Purishkiévich consumó su asesinato, decidido en una conspiración palaciega.

Audio sobre Rasputín.


Conflictos durante el Imperio Ruso:

La guerra ruso-japonesa (Русско-японская война en ruso, (8 de febrero de 1904  5 de septiembre de 1905) fue un conflicto surgido por las ambiciones imperialistas rivales de la Rusia Imperial y el Japón en Manchuria y Corea. Los principales escenarios del conflicto fueron el área alrededor de la península de Liaodong y Mukden, los mares de Corea y Japón y el mar Amarillo.
Los rusos buscaban un puerto de aguas cálidas (que no se congelan en invierno) en el océano Pacífico para uso de su Armada y para comercio marítimo, El puerto de Vladivostok solo podía funcionar durante el verano, pero Port Arthur (China) sería capaz de mantenerse funcionando todo el año.
Después de la Primera Guerra Sino-Japonesa (1894-1895), el tratado de Shimonoseki le concedió a Japón la isla de Taiwán, así como el protectorado sobre Corea y la península de Liaodong. Posteriormente Japón se vio obligado a entregar Port Arthur a Rusia. En 1903, las negociaciones entre Rusia y Japón resultaron ser inútiles, así que Japón decidió entrar en guerra para mantener su dominio exclusivo de Corea.
Las campañas resultantes, en las cuales el Ejército Imperial Japonés logró obtener varias victorias de manera consistente sobre sus oponentes rusos, fueron un hecho inesperado para muchos en el mundo, pues fue la primera vez que un pueblo no caucásico se enfrentaba y vencía a una potencia imperialista europea. Estas victorias transformarían drásticamente el balance de poder en el Este de Asia, lo que daría como resultado la consolidación de Japón como país importante en el escenario mundial. Las vergonzosas derrotas generaron insatisfacción en los rusos con su corrupto e ineficiente gobierno zarista, y fueron una de las principales causas de la Revolución Rusa de 1905.

La guerra ruso-turca de 1877–1878 (en turco: Guerra '93), también conocida como la guerra de Oriente, tuvo sus orígenes en el objetivo del Imperio ruso de conseguir acceso al mar Mediterráneo y liberar del dominio otomano a los pueblos eslavos de la península balcánica en el sureste de Europa. Las naciones balcánicas liberadas indirectamente por el ataque ruso tras casi cuatro siglos de dominación turca aún consideran esta guerra como el segundo comienzo de su nacionalidad. De ahí los títulos alternativos agregados a ella en las historiografías nacionalistas del siglo XX, tales como la Guerra Rumana de Independencia, la Guerra Búlgara de Independencia, etc.

La guerra de Crimea fue un conflicto bélico entre el Imperio ruso, regido por la dinastía de los Románov, y la alianza del Reino Unido, Francia, el Imperio otomano (al que apoyaban para evitar su hundimiento y el excesivo crecimiento de Rusia) y el Reino de Piamonte y Cerdeña, que se desarrolló entre octubre de 1853 y febrero de 1856. La mayor parte del conflicto tuvo lugar en la península de Crimea, en el mar Negro.

El transiberiano:

El ferrocarril Transiberiano es una red ferroviaria que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia y China.
La ruta principal fue inaugurada tras trece años de trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9.288 km, une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más precisamente con Vladivostok (localizada en el mar del Japón, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente”), atravesando la mayor parte de la que fue Asia soviética. Esta vía, que atraviesa ocho zonas horarias y cuyo recorrido demanda cerca de 7 días de viaje, constituye el servicio ferroviario continuo más largo del mundo, con excepción de la ruta que se hace dos veces al mes regularmente, y que sirve de conexión entre Moscú y Pionyang. Hay ramales a China, a través de Mongolia y Manchuria, con servicio continuo a Corea del Norte.
Otro ramal de importancia dentro de esta extensa red ferroviaria es el Transmanchuriano, cuyo recorrido coincide con el Transiberiano hasta Társkaya, unos 1.000 km al este del lago Baikal. Desde la ciudad de Társkaya, el Transmanchuriano enfila al sudeste hacia China, y sigue su recorrido hasta finalizar en Pekín.
La tercera de las rutas primarias es el Transmongoliano, que coincide en su traza con el Transiberiano hasta Ulan Ude, en la ribera este del lago Baikal. Desde Ulán Udé, el Transmongoliano enfila al sur hasta Ulán Bator, tras lo cual sigue en dirección sudeste hasta Pekín.
En 1991 fue completada una cuarta ruta, cuyo recorrido se encuentra más al norte, tras más de cinco décadas de obras esporádicas. Conocida como Ferrocarril Baikal-Amur, esta extensión se separa del Transiberiano varios cientos de kilómetros al oeste del Lago Baikal, y lo atraviesa por su extremo norte. Esta ruta alcanza el océano Pacífico al noreste de Jabárovsk, en Sovétskaya Gavan. Si bien brinda acceso a la notable costa norte del Baikal, este ramal se caracteriza también por atravesar zonas consideradas peligrosas.

Etnias del Imperio Ruso:

En Rusia existían gran cantidad de etnias debido a la gran extensión territorial que ocupaba este gran imperio. Podemos destacar las siguientes:
-Raza blanca (Europea)
-Raza asiática (Mongoles y caucásicos)
-Raza árabe.


Arte durante el imperio Ruso:

Huevo de Fabergé:

Un huevo de Fabergé es una de las sesenta y nueve joyas creadas por Carl Faberge y sus artesanos de la empresa Fabergé para los zares de Rusia, así como para algunos miembros de la nobleza y la burguesía industrial y financiera, entre los años 1885 y 1917. Los huevos se consideran obras maestras del arte de la joyería.







Galería Estatal Tretiakov(II) Iliá Yefímovich Repin


Autorretrato (1878).

Fue un destacado pintor y escultor ruso del movimiento artístico Peredvízhniki. Sus obras, enmarcadas en el realismo, contienen a menudo una gran profundidad psicológica y exhiben las tensiones del orden social existente. A finales de los años 20 comenzaron a publicarse en la URSS detallados trabajos sobre su obra y alrededor de diez años después fue puesto como ejemplo para ser imitado por los artistas del realismo socialista.




La resurrección de la hija de Jairo (1871)


Con su primera obra maestra, La resurrección de la hija de Jairo, ganó la medalla de oro de un concurso de la Academia, y con ello una beca para estudiar en Francia y en Italia. Así es como Repin vivió en París, donde recibió la influencia de la pintura impresionista, que tuvo importantes consecuencias sobre su forma de usar la luz y el color. Sin embargo, su estilo continuó siendo más afín al de los maestros de la vieja escuela, especialmente Rembrandt, y nunca llegó a convertirse en un impresionista. A lo largo de su carrera retrató a la gente común, tanto ucraniana como rusa, aunque en sus últimos años también representó en sus obras a miembros de la elite del Imperio Ruso, la intelligentsia, la aristocracia y al propio Emperador Nicolás II.


Los Pintores Itinerantes:


En 1878 Repin se unió a la Sociedad de Exposiciones Artísticas Itinerantes, generalmente conocida como Los Itinerantes (Peredvízhniki), que en la época en la que Repin llegó a la capital rusa se rebelaron contra el formalismo de la Academia. La fama de Repin se extendió a raíz de su pintura Los sirgadores del Volga, una obra que denuncia de un modo impactante el duro sino de estas personas. Desde 1882 vivió en San Petersburgo, realizando frecuentes visitas a su tierra natal ucraniana y ocasionalmente viajes al extranjero.

Retrato del zar Nicolás II
Poco antes del asesinato del zar Alejandro II  en 1881, empezó a pintar una serie de cuadros relacionados con el movimiento revolucionario ruso: Negativa a confesarse, Arresto de un propagandista, El encuentro de los revolucionarios y No lo esperaban, siendo esta última su obra maestra sobre este tema. En ella se representa la sorpresa de los miembros de una familia ante la llegada al hogar de un exiliado político.

Su obra Procesión de Pascua en la provincia de Kursk es con frecuencia considerada un arquetipo del estilo nacional ruso, mostrando diversas clases sociales y las tensiones entre ellas, dentro del contexto de la práctica de una tradición religiosa y unidas en un avance lento pero continuo.


                                      Procesión de Pascua en la ciudad de Kursk


En 1885 Repin terminó una de sus pinturas de mayor intensidad psicológica: Iván el Terrible y su hijo. Este óleo muestra a un horrorizado Iván que abraza a su hijo agonizante, a quien acaba de golpear y herir mortalmente en un acceso de furia. La mirada de espanto de Iván se halla en profundo contraste con la expresión de serenidad de su hijo.

                                                 Iván el terrible y su hijo (1885)


Una de las pinturas más complejas de Repin, Cosacos Zapórogos escribiendo una carta al Sultán, ocupó al artista durante muchos años, y es en gran medida fruto de una concienzuda investigación llevada a cabo conjuntamente con el historiador Dmytro Yavornitski, que incluyó numerosos viajes a la región de los cosacos zapórogos.

                                       Cosacos zapórogos escribiendo una carta al Sultán (1880-91)


Repin concibió esta obra como un estudio en clave de humor, pero también pensaba que recogía los ideales de la libertad, la igualdad y la fraternidad; en pocas palabras, el republicanismo de los cosacos ucraniano. Comenzó este cuadro en 1880 y no lo completó hasta 1891.

En 1900 se le encargó por parte del gobierno de Rusia su mayor obra: un óleo de 400 por 877 centímetros que representase una sesión solemne del Consejo de Estado del Imperio ruso.

domingo, 11 de enero de 2015

LOS OBREROS EN EL SIGLO XIX.


Situación:
El capitalismo industrial y su sistema de fábricas crearon una nueva clase de trabajadores, que mantenían en común que solo recibían una fuente de ingresos el salario.
La principal característica era la inseguridad, no sabían cuando ganarían, por cuanto tiempo tendrían trabajo… una enfermedad, un accidente, la vejez prematura, todo estos factores  les conducían a la mendicidad.
Los obreros tenían en común con el amplio número de trabajadores urbanos su dependencia del salario, se hallaban a un paso de la pobreza y un abismo amplio e insalvable los separaba del mundo burgués.


Los barrios obreros:
En las zonas industriales resultaba conveniente que las viviendas estuvieran cerca de las fábricas, así surgieron los barrios obreros.
Eran edificios de dos o tres plantas al principio, que aumentaron progresivamente en altura y volumen, a la vez que se extendían los suburbios de las principales ciudades.
Crecían desordenadamente, sin que el poder municipal atendiese a los servicios mínimos, las calles, patios, y corredores estaban muy degradados por el amontonamiento de basuras y desperdicios.
Todo aquello constituía un constante peligro de infecciones.

Nivel de vida
El gasto en vestidos era muy reducido, un vestido cada varios años. La indumentaria del trabajador se diferenciaba de la de los burgueses: la blusa y la gorra eran los elementos distintivos para el hombre, y un vestido largo, el atuendo de la mujer.
El centro de ocio para los hombres era la taberna, único lugar que permitía relacionarse fuera del trabajo.
Los trabajadores se lavaban más que los burgueses, por necesidad ya que en muchos oficios sus cuerpos y sus ropas se ensuciaban diariamente.